Sunday, July 30, 2006

Ella

Nació una mañana gris, cuando las aves ya habían migrado, no hubo quien le cante, quien se alegrara por el acontecimiento oscurecido por una sombra insolente que se llevó la alegría de la casa y a su madre también. Así creció creyéndose culpable de todo lo triste del mundo, de las flores marchitas, de los amores olvidados, de las sonrisas negadas. Sin embargo sobrevivió hasta que pudo escaparse de ese mundo que no reconocía su existencia; una tarde donde la neblina era preámbulo de la noche, cogió sus maletas, llena de recuerdos, un brasiere y un pantalón roto y caminó y caminó doblando a la derecha en la primera encrucijada que se le presentó. No se detuvo, siguió paso firme y cabeza en alto por tres días sin saber donde llegaría, lo importante era escapar del mundo que la había escondido en una cárcel permanente sin barreras pero casi imposible de escapar.

Se detuvo a mirar en el horizonte la tristeza de un sol que agonizaba lentamente,
eso sin embargo la lleno de alegría por un momento, no era la única que estaba a punto de estallar, era posible que todo sea un virus y que pronto pase, era posible entonces una cura.

Siguió caminando hasta que el hambre la obligo a detenerse en un local de mala muerte
donde las moscas eran parte del menú y el humo de un cigarro la escondería por unos minutos del mundo.

Sólo sus recuerdos la invadirían, de la madre que no conoció, de sus amores extraños y breves y claro, él aparecería una vez más ultrajándola a su antojo, destruyendo su honor con el sonido de sus palabras !!Eres tu la culpable de todo!!.

Un café color petróleo la calmo un poco regresándola al mundo por un segundo para comprender que nunca más se debía detenerse y recordar que debía avanzar y buscarse, redescubrirse, ser por primera vez en su vida...ella, pero eso era demasiado pedir

Llorar era necesario en su vida, las lágrimas se habían convertido en la alerta para saber que seguía viva y así continuo durante meses, tal vez años hasta que sucedió...

Fue en un parque donde solía dar de comer a las cucarachas y hormigas que por allí pululaban, una sonrisa le estremeció el cuerpo, su respiración se aceleró tanto que se hiperventilo, empezó a temblar y casi sin notar devolvió la sonrisa.

Él se levantó de la banca y se acercó lentamente sin dejar de sonreír, tenía su mirada puesta en ella fijamente, algo inconcebible para ella que había pasado desapercibida toda vida, alguien la había visto y le sonreía.

Hola... fue el inicio y semanas después un beso cerraba con 20 mil llaves una etapa llena de olvido. La historia se mantiene hoy en 10 dedos entrelazados y un solo corazón.

Sin lugar a dudas nada es imposible, hasta la cloaca mas inmunda tiene una posibilidad...solo basta sonreír y dejarse amar.

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